Todos hemos oído hablar de la figura monstruosa de la mitología griega de Medusa, pero ¿qué hay detrás de su historia? La transformación de Medusa de mujer en monstruo es un buen ejemplo de los horrores y las heridas que se infligen a las víctimas de las violaciones. La que fuera una hermosa guardiana del templo de Atenea, Medusa hizo los votos de castidad. Su belleza, principalmente representada por su voluminosa cabellera, llamó la atención de muchos hombres, incluido el dios Poseidón, que entró en el templo,transformado en pájaro, y violó a la sacerdotisa.Atenea, furiosa, culpó a Medusa transfigurándola en una bestia Gorgona y luego la aisló en una isla lejana. Además de perder sus rasgos humanos y vivir aislada,Medusa también recibió la maldición de transformar en piedra a cualquiera que la mirara a losojos, por lo que le resultaba imposible tener cualquier interacción humana. Muchos hombres y héroes intentaron acercarse a la isla para matarla, pero fue el semidiós Perseo quien finalmente logró cortar la cabeza de Medusa. Se dice que las hermanas de Medusa lloraron tras de la noticia, su llanto hizo que Atenea se compadeciera, y entonces creó el doble aulos de caña para contar la historia de la muerte de Medusa.

A través de esta figura mitológica griega, quiero desplegar la pesadilla de las mujeres que sufren un trastorno de estrés postraumático como consecuencia del maltrato de género. Un trastorno quetransforma la psique de las víctimas oscureciendo y cubriendo su personalidad inicial. Las víctimas se sienten maltratadas, cosificadas, privadas de su dignidad humana… se sienten avergonzadas, rotas e incapaces de asumir y comunicar su dolor ya que normalmente no hay nadie a su alrededor capaz de descifrar lo que les ocurre. Su realidad está deformada por el velo de periodos disociativos, estallidos de ira, miedos incontrolados y, a veces, intentos de suicidio. Todos estas características, entre otras muchas, hacen que sea difícil relacionarse con ellos y el aislamiento se convierte en un resultado común cuando sus síntomas salen a la luz. Como estas historias de terror apenas son compartidas y abordadas por los gobiernos y los medios de comunicación la gente no está preparada para entender las reacciones y los síntomas de los afectados por y a menudo tienden a replegarse, recreando así el sentimiento de abandono, la sensación de no ser escuchado o visto, la sensación de no ser igual, de ser diferente, de ser un problema. Las víctimas son dejadas de lado como lo fue Medusa en la isla.

Debemos atrevernos a mirar a los ojos de Medusa y entender que es el pájaro el que nos petrifica y no la serpiente.